Traducción de Iballa López.
Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, 2013.
Premio Renaudot des Lycéens, 2013.
448 páginas.
19,95 €, en papel; 6,49 €, en electrónico.
He aquí una novela hermosa. César, Paz y Héctor podrían haber formado una familia feliz, si Paz hubiera querido. No fue así y, sin embargo, César decide escribir la historia de su amor por Paz para que Héctor, el hijo de ambos, cuando fuera mayor, pudiera explicarse la ausencia de su madre.
Escrita por César en primera y segunda persona, porque lo mismo recuerda que habla a su hijo, recrea su enamoramiento de Paz, una asturiana joven y bella, dedicada a la fotografía artística, residente en París, enérgica, apasionada que, en todo momento sabe imponer su autoridad en la relación. César es un periodista francés, bastante mayor y sufre los altibajos de su pareja. La novela es interesante porque explica cómo el amor y la pasión sexual, por intensos que sean, no son suficientes para garantizar la estabilidad. Además, porque aporta una información valiosa sobre el mundo del arte, la interpretación de las obras artísticas y su capacidad de generar emociones en contraste con un mundo que va a la deriva hasta dar miedo, y sobre el mundo marino, el medio natural de los tiburones. César ha viajado y conocido paises lejanos y para él, Europa es el reducto de seguridad del que no quiere salir. Paz se ahoga en una Europa decadente e hipócrita y necesita ver por sus propios ojos otros paises y experimentar. Héctor se encuentra en medio de ambos egoísmos y, será en definitiva, quien sufrirá la mayor pérdida.
Un desenlace sorprendente, en el espacio más artificial del mundo, los emiratos árabes, donde Paz edificará su mundo propio y encontrará su final, el que iba buscando, en el fondo del mar.
Amor, felicidad, muerte, dolor, contados con una prosa fluida y con un punto de vista sobre la realidad actual que merecen la atención del lector.
Una novela muy premiada en Francia con merecimientos para ello.
María García-Lliberós
Escrita por César en primera y segunda persona, porque lo mismo recuerda que habla a su hijo, recrea su enamoramiento de Paz, una asturiana joven y bella, dedicada a la fotografía artística, residente en París, enérgica, apasionada que, en todo momento sabe imponer su autoridad en la relación. César es un periodista francés, bastante mayor y sufre los altibajos de su pareja. La novela es interesante porque explica cómo el amor y la pasión sexual, por intensos que sean, no son suficientes para garantizar la estabilidad. Además, porque aporta una información valiosa sobre el mundo del arte, la interpretación de las obras artísticas y su capacidad de generar emociones en contraste con un mundo que va a la deriva hasta dar miedo, y sobre el mundo marino, el medio natural de los tiburones. César ha viajado y conocido paises lejanos y para él, Europa es el reducto de seguridad del que no quiere salir. Paz se ahoga en una Europa decadente e hipócrita y necesita ver por sus propios ojos otros paises y experimentar. Héctor se encuentra en medio de ambos egoísmos y, será en definitiva, quien sufrirá la mayor pérdida.
Un desenlace sorprendente, en el espacio más artificial del mundo, los emiratos árabes, donde Paz edificará su mundo propio y encontrará su final, el que iba buscando, en el fondo del mar.
Amor, felicidad, muerte, dolor, contados con una prosa fluida y con un punto de vista sobre la realidad actual que merecen la atención del lector.
Una novela muy premiada en Francia con merecimientos para ello.
María García-Lliberós
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