Editorial Navona, 2019
Joseph T. Sheridan le Fanu |
Traducción de José Luis Piquero.
108 páginas.
Joseph T. Sheridan Le Fanu nació en 1814 en Dublín y murió en la misma ciudad en 1873. Fue de los primeros escritores del género del horror, no suficientemente reconocido en mi opinión.
Los lectores que gustan de la literatura gótica y de misterio disfrutarán de lo lindo con esta novela corta, publicada en 1872, evidente antesala del Drácula de Bran Stoker publicada veinticinco
años más tarde. Es bastante evidente la influencia de Carmilla en el desarrollo del algunos pasajes de Drácula, aunque las mujeres en Broker nunca tuvieron el papel decisivo que les confía Le Fanu.
Carmilla está escrita en primera persona por Laura cuando ésta tenía 19 años. Nos presenta por tanto el punto de vista de una joven inglesa, hija única de un viudo rentista, bien educada, establecidos en un castillo solitario rodeado de bosques frondosos en Estiria, un país europeo barato del imperio austro-húngaro, que les permite disfrutar de un nivel de vida mucho más elevado del que podrían de residir en Inglaterra.
Carmilla, la segunda protagonista, será la invitada sobrevenida por unas circunstancias pintorescas durante un período que acogerá extraños hechos en la zona, hechos espeluznantes y terroríficos que mantendrán sobrecogidos a la población rural. Es descrita como una joven bella, lánguida, misteriosa, que duerme mañanas completas, que produce en la narradora sentimientos perturbadores y encontrados. Se trata de una vampira lésbica, sin duda, pero también una vampiresa que domina las artes de la seducción. Y este es uno de los grandes atractivos de esta novela, el erotismo manifiesto entre Carmilla y Laura, descrito mediante escenas contenidas de gran elegancia (esa contención era necesaria para ser el libro aceptado por la mentalidad de la época) que estimulan la fantasía del lector.
Sheridan Le Fanu sabe recrear a la perfección las atmósferas de penumbra, pesadillas y misterio, propias del género gótico, para que el lector entre por completo en la historia que le están contando por fantástico o inverosímil que parezca. Sabe unir el elemento terrorífico y el sensual, porque Carmilla es una depredadora que utiliza la seducción para conseguir la dependencia emocional de su víctima.
Carmilla se lee con avidez, interesa desde las primeras líneas, su escritura es ágil y la factura del libro está tan cuidada en cada detalle que el mero hecho de tenerlo entre las manos incrementa el placer de una lectura que nos sabe a poco.
Muy recomendable.
María García-Lliberós
años más tarde. Es bastante evidente la influencia de Carmilla en el desarrollo del algunos pasajes de Drácula, aunque las mujeres en Broker nunca tuvieron el papel decisivo que les confía Le Fanu.
Carmilla está escrita en primera persona por Laura cuando ésta tenía 19 años. Nos presenta por tanto el punto de vista de una joven inglesa, hija única de un viudo rentista, bien educada, establecidos en un castillo solitario rodeado de bosques frondosos en Estiria, un país europeo barato del imperio austro-húngaro, que les permite disfrutar de un nivel de vida mucho más elevado del que podrían de residir en Inglaterra.
Carmilla, la segunda protagonista, será la invitada sobrevenida por unas circunstancias pintorescas durante un período que acogerá extraños hechos en la zona, hechos espeluznantes y terroríficos que mantendrán sobrecogidos a la población rural. Es descrita como una joven bella, lánguida, misteriosa, que duerme mañanas completas, que produce en la narradora sentimientos perturbadores y encontrados. Se trata de una vampira lésbica, sin duda, pero también una vampiresa que domina las artes de la seducción. Y este es uno de los grandes atractivos de esta novela, el erotismo manifiesto entre Carmilla y Laura, descrito mediante escenas contenidas de gran elegancia (esa contención era necesaria para ser el libro aceptado por la mentalidad de la época) que estimulan la fantasía del lector.
Sheridan Le Fanu sabe recrear a la perfección las atmósferas de penumbra, pesadillas y misterio, propias del género gótico, para que el lector entre por completo en la historia que le están contando por fantástico o inverosímil que parezca. Sabe unir el elemento terrorífico y el sensual, porque Carmilla es una depredadora que utiliza la seducción para conseguir la dependencia emocional de su víctima.
Carmilla se lee con avidez, interesa desde las primeras líneas, su escritura es ágil y la factura del libro está tan cuidada en cada detalle que el mero hecho de tenerlo entre las manos incrementa el placer de una lectura que nos sabe a poco.
Muy recomendable.
María García-Lliberós