Editorial
Alfaguara, 2014
Traducción:
Nuria Barrios
336 páginas
19,50 € en
papel; 9,99 € en ebook.
El autor, por encargo de los herederos de Raymond Chandler, escribe esta
novela en la que recupera como protagonista el personaje del famoso detective
Philip Marlowe. No sólo recupera al personaje sino que se apodera del espíritu
del autor de Adiós muñeca y otras
memorables novelas, de forma que consigue que el lector no perciba esta formidable
impostura. Black (o Banville), uno de los mejores escritores actuales, comete
un maravilloso plagio de estilo, por decirlo de alguna forma, y los seguidores
de Chandler se lo agradecemos.
La rubia de ojos negros
contiene todos los elementos del universo de Chandler. La acción se sitúa en la
década de los 50, en un verano muy caluroso. Phil Marlowe, solo, sin familia y
casi sin amigos, en su oficina cutre y destartalada, recibe la inesperada
visita de la millonaria Clare Cavendish, una rubia exquisita y explosiva, que nos recuerda a Lauren Bacall, que le
hará un encargo lleno de trampas y se apoderará de su corazón.
Marlowe sigue
siendo el detective con apariencia dura y ternura interior, clarividente,
resignado con su destino, escéptico, que siente simpatía por algunos
delincuentes y ejerce de justiciero con otros, de acuerdo con su código moral.
Puede ser generoso, e incluso frágil, y cruel, convergiendo en su diseño una
riqueza de matices que conforman una personalidad muy atractiva. Diálogos
ingeniosos, llenos de ironía e inteligencia, y una trama sólida donde no faltan
jefes del narcotráfico, matones mexicanos de la peor ralea, intrigas familiares
y otros elementos propios del género. En realidad, la trama, por consistente y
enrevesada que sea, y ésta lo es, resulta secundaria ante la potencia del personaje de
Marlowe.
Gracias Benjamin Black, o como quiera que te llames, por mantenerlo vivo.