Olé Libros, 2019.
Texto de la presentación del poemario en el Espai d'Igualtat de Alfafar (Valencia), el 02.03.2020, organizada por la Asociación Mujeres en marcha.
Concha Prieto (coordinadora), Ana Noguera y María García-Lliberós |
Ana Noguera es doctora
en Filosofía y muchas cosas más. Ha sido concejala del Ayuntamiento de
Valencia, diputada en las Cortes Valencianas, en la actualidad es miembro del
Consejo de Cultura, siempre por el partido Socialista, porque Ana es una mujer
comprometida, luchadora por sus ideas y generosa compartiendo su tiempo. Ha
escrito novelas y ensayos, artículos periodísticos que desmenuzan la actualidad
política y, además, es poeta. Escucharle declamar sus poesías es un auténtico
placer y hoy, confío, tendrán oportunidad de verificarlo. Pero, por encima de
todo, Ana Noguera es una amiga y una mujer consciente de su género, feminista y
femenina, decidida a hacer justicia a las mujeres inmerecidamente olvidadas,
como María Cambrils que ha inspirado este poemario.
Vivimos en una época
favorable a las mujeres, como nunca antes, a pesar de las enormes diferencias
que existen con los hombres en lo que hace a remuneraciones económicas (igual
trabajo, igual sueldo) y a reconocimiento social. Nos lo hemos ganado a pulso,
nadie nos ha regalado nada, y somos nosotras, en primer lugar, las que debemos trabajar para sacar del armario la legión
de mujeres que merecen tener su lugar en la memoria de la Historia. Yo desconocía a María Cambrils, por ejemplo, no sabía nada de su
paso por este mundo, ni de su trabajo, ni de sus artículos periodísticos, ni de
su pensamiento y su lucha por dignificar la vida de las mujeres. Y ahora sé
quién es, puedo sentirme orgullosa de la huella que dejó, y se lo debo a Ana
Noguera que ha contribuido a que se le haga
justicia. Y lo ha hecho a través de la poesía, el más hermoso homenaje que
María Cambrils hubiera podido soñar.
Los novelistas admiramos
a los poetas por su capacidad de síntesis. Un poema no deja de ser un relato,
esto es, una historia que exige al lector un trabajo de interpretación. Es como
un mensaje cifrado, misterioso. La poesía demanda intensidad al lenguaje,
precisión. Las emociones se estrujan para que quepan en una palabra, en un
verso que tenga la capacidad de estremecernos. Los novelistas podemos
permitirnos el lujo de explayarnos en describir circunstancias, personajes y
situaciones, pero los poetas no, porque la síntesis es la esencia del género.
En María
Cambrils. El despertar de la conciencia hay 39 poemas inspirados en esta
mujer nacida en Valencia, en el barrio de El Cabañal en 1878 y muerta en Pego
(Alicante), en diciembre de 1939, recién terminada la Guerra Civil. Una mujer
autodidacta, de clase trabajadora, hija de obrero y madre analfabeta, que llegó
a publicar, en 1925, un libro con el título Feminismo
socialista, sobre los derechos de las mujeres, prologado por Clara
Campoamor, y escribió decenas de artículos e impartió conferencias para
cuestionar el papel de la Iglesia en la sociedad, explicar la vinculación entre
socialismo y feminismo, defender
el voto femenino, identificar los enemigos de la mujer, o manifestarse por
cuestiones relativas a la enseñanza, el divorcio o las relaciones laborales en el
sector agrícola. Una mujer que vivió sin miedo o que consiguió vencerlo,
asumiendo riesgos en una época en que se pagaban muy caros, valiente, y que
trabajó para abrir caminos que condujeran a una mayor igualdad.
Este poemario está escrito para que nuestra generación se
entere de la huella que dejó María Cambrils en este mundo, y por una persona que se
siente reflejada en ella, que la considera su compañera, a pesar de que sobre
la obra y la vida de María Cambrils, Ana Noguera pose una mirada, llena de
admiración, amor y gratitud, formada cien años más tarde. Encontramos en esa
mirada indignación por el silencio con que la rodearon predecesor del olvido, tan solo por ser mujer, pues no
ocurrió con otros compañeros masculinos de méritos similares. Encontramos
también dolor, contextualización histórica, conciencia política y denuncia
social. ¡No queremos piedad sino
justicia! Con este verso comienza uno de los poemas más significativo del
libro.
La poesía es un género
que no admite la neutralidad ni la objetividad pues se alimenta de emociones y
la medida de su éxito se encuentra en el grado en que estas son asimiladas y
comprendidas por el lector. Si este las hace suyas, la partida está ganada. Y
les aseguro que en este caso es un triunfo compartido de la homenajeada y de la
autora, y les invito a comprobarlo por ustedes mismos decidiéndose a abordar su
lectura y gozar con ella.
Yo no soy poeta, soy
novelista, no entiendo de métrica ni de la técnica de la versificación, pero
puedo decirles que la poesía de Ana Noguera suena bien al oído, tiene la
armonía necesaria para que penetre en nuestra conciencia provocando curiosidad,
reflexión y ansia por desvelar su misterio. Por eso, como una lectora más,
prefiero hablarles del mensaje y el pensamiento que se esconde detrás de sus
palabras.
El título del poemario
merece algún comentario: María Cambrils.
El despertar de la conciencia. Un despertar que va unido a su “ser
socialista”. En 1924, ya en el partido, escribió en una carta a una amiga la siguiente reflexión: jamás hubiese oído hablar de Socialismo a
ninguna de mis amigas, de mis conocidas, que hoy siguen lo mismo que ayer: sin
darse cuenta de que son consideradas como bestias, sin ningún derecho, como
objetos del mobiliario, como bártulos acopladas al menaje de las cocinas. Palabras
fuertes, altas y claras, para despertar conciencias. Pequeños y oportunos
textos como este de María Cambrils se intercalan entre los poemas de Ana y nos
permiten detectar la energía de su personalidad y asomarnos a la lucidez de su mente.
El poemario sigue de
alguna manera el curso de la biografía de María Cambrils resumida al final a la
manera de un epílogo. Ana Noguera manifiesta sus intenciones en el primer poema titulado Sobre ti. La autora se centra en
los sentimientos que provoca el silencio, el miedo, el olvido impuestos a la
España vencida. Son unos poemas que rezuman dolor, en los que se dirige a la
“veterana compañera”, porque sabe que en su recuerdo encontrará comprensión y
firmeza. Me ha gustado especialmente el titulado Mujer tenías que ser.
El conjunto es un libro entrañable
hecho para el placer de la mirada y, también, un artefacto eficaz para
despertar las conciencias de los lectores porque la evidencia de las
injusticias irritan, enardecen y, finalmente, el conocimiento que transmite
justifica e impulsa la acción. Una obra que pide una lectura tranquila para
digerir cada verso, descifrarlo e interpretarlo, deleitarse con su estética y
desentrañar sus secretos.
Confío que mis palabras
les haya inculcado, por lo menos, curiosidad para acercarse a la pareja María
Cambrils-Ana Noguera que tanto tienen en común a pesar del siglo que las
separa.
María García-Lliberós.