miércoles, 26 de diciembre de 2018

Los personajes femeninos en la novela "La función perdida"

Este fue el título de la conferencia que impartí el pasado 19 de diciembre en la Biblioteca de la Dona de Valencia. La introducción la hizo la poeta y crítica literaria Gloria de Frutos y se extendió también sobre personajes femeninos de otras de mis novelas. Ella ha leído toda mi obra y sabía de lo que hablaba. Ha sido tan amable de enviarme el texto que con gusto comparto con los lectores de este blog.

Introducción de Gloria de Frutos.
Gloria de Frutos y María García-Lliberós
Buenas  tardes. Es para mí  un privilegio y motivo de alegría estar hoy en la Biblioteca de la Dona, lugar de encuentro y consulta donde siempre somos bien acogidas por Carmen su bibliotecaria. Hoy de manera especial es un honor estar con la escritora María García-Lliberós a la que conozco desde hace muchos años y con la que comparto el placer por la lectura. María es una de mis escritoras predilectas a la que admiro profundamente, mi fascinación  por  ella se ha ido consolidando a través de su obra, desde “La Encuestadora” publicada en 1992, ganadora del premio Gabriel Sijé, hasta la “La función perdida”, la novela que hoy nos reúne. María ha colmado las expectativas de una lectora habitual, como son, el hecho de disfrutar con la lectura y  la posibilidad de aprender siempre algo nuevo. Es una gran crítica literaria pues desde su blog “Crónicas de lecturas” ejerce una estupenda labor de fomento de la lectura, por medio de las reseñas y las recomendaciones que todos los veranos nos sugiere con títulos que nunca defraudan. Admiro a María como mujer comprometida y solidaria con la que siempre se puede contar y a la que tengo un cariño muy especial.
Al preparar esta presentación he revisado as novelas de María García-Lliberós y me doy cuenta de lo importante que es su obra para conocer el tiempo que nos ha tocado vivir. Siempre he mantenido la teoría de que la persona que escribe novelas es el “otro historiador”. El que muestra la vida cotidiana  de un tiempo, las costumbres, los conflictos, los sentimientos. No se limita a exponer unos hechos puntuales con sus causas y consecuencias políticas sino que nos muestra la sociedad de una época determinada, deja que hablen esos protagonistas anónimos que la forman. Para entender el siglo XX y lo que llevamos del XXI os recomiendo leer las novelas de María.
En La función perdida María se vale del protagonista, Emilio Ferrer, personaje que atrapa desde el principio, para abordar realidades sociales  que se han convertido en verdaderos iconos de la actualidad: la supervivencia después de la jubilación con todas las circunstancias sociales y personales que esto implica. La soledad tras la pérdida de la pareja, las relaciones con los hijos, el empleo del tiempo, etcétera. Emilio Ferrer hace una revisión de la vida que ha llevado hasta ese momento y de alguna manera se rebela ante el hecho de ser un ciudadano pasivo. Pero hay mucho más, en esta novela. María ha construido unos personajes que a través del  escepticismo y la ironía de Emilio, la amistad incondicional de Guillermo y la naturalidad de Nacho se oponen a Jaime Fontelles, Eduardo Palacios, José Luis Simó y Gerardo. Tengo que confesar  que Emilio Ferrer es un personaje que me ha cautivado con todos sus defectos y virtudes por  ese sentido práctico que le lleva a adaptarse a cada  circunstancia.
Se puede considerar que La función perdida recrea un mundo masculino, pero no es del todo cierto.  Los personajes femeninos de los que nos va a hablar luego María son cruciales para el desarrollo de la trama y componen un puzzle donde todo encaja y se resuelve de manera impecable. Como la conferencia de María trata de las mujeres en La función perdida yo he hecho una breve revisión de los personajes femeninos de sus novelas anteriores para ampliar esa evolución de la mujer en un mundo de poder masculino, porque mirando hacia atrás se entiende mejor el presente.
Todas las mujeres en la obra de María García-Lliberós tienen en común la lucha por la libertad, la búsqueda de su identidad como ciudadanas de pleno derecho y la conquista de la felicidad. Cada una desde diferentes profesiones y estatus social, con distintas estrategias aportan una visión de las dificultades que han tenido que superar hasta conseguir la igualdad, el  reconocimiento o el poder.
No voy a seguir un orden cronológico de publicación de sus novelas sino que voy a empezar por una protagonista que sentí muy cercana, quizás porque tendría más o menos la edad de mi madre y me ayudó a entender a la generación  que me precedió.
Se trata de Berta, la protagonista de Babas de caracol publicada en el 2006, una mujer que es toda una lección de resistencia a la adversidad. Nace a principios del siglo XX y muere en el 2002, sufre el peso de una educación orientada para ser una buena esposa y mejor madre: algo de cultura general, costura y mucha moral religiosa. Babas de caracol es, bajo mi punto  de vista   la novela más elaborada o completa ya que abarca casi cien años de nuestra historia y está  bien documentada respecto a la  época en la que suceden los acontecimientos y sobre los términos legales de los que depende la  ejecución  de la  última  voluntad de la protagonista. Berta es testigo de nuestra historia, conoce una república, una guerra, una dictadura y una transición. Sin embargo Berta es víctima de la  calumnia en una sociedad intolerante cuyas consecuencias marcarán  su vida para siempre,  se  comete con ella una  injusticia desde la intimidad del hogar, siendo el blanco perfecto para los hombres que la rodearon, el padre, el marido incluso el hijo.
 En Equívocos (1999) los personajes son los propios narradores que cuentan la historia  desde su punto de vista personal. Según se avanza en la lectura, es el lector quien ordena todas las piezas hasta llegar a una de las protagonistas que, para  mi, se convierte en el eje de la historia: Pilar cambia la perspectiva de la trama. Relata las  falsas  apariencias de una sociedad injusta que se divide entre ganadores y perdedores generando amargura y frustración. Pilar es un personaje que todas hemos podido conocer de alguna manera, son esa clase de mujeres que se someten a una vida de falso bienestar y a unas ideas que no comparte para favorecer a sus padres y devolverles la casa que les fue arrebatada de manera ilegal. Equívocos fue finalista del Premio de novela Ateneo de Sevilla. Obtuvo el Premio de la Crítica Valenciana y se llevó al cine por el director valenciano Miguel Perelló con el  título de Mentiras.
Eva, la protagonista de La encuestadora muestra cómo la soledad interior de muchas mujeres, aun estando acompañadas, genera la necesidad de vivir algo diferente para liberarse de una existencia anodina. Eva encarna a esa mujer de finales del siglo XX que con valentía asume su sexualidad. Se trata de la liberación de la mujer en el terreno emocional, en el profesional ya se había dado, pero en el ámbito sentimental todavía era necesario derribar ciertos tabúes y Eva hace una incursión en este territorio femenino tan desconocido a veces por la propia mujer.
 El juego de los espejos (1996) narra  con un lenguaje muy dinámico una historia con cierta intriga cercana a la novela negra. Violeta Navarro es una mujer de 35 años tan atractiva como ambiciosa, tiene una gran intuición que utiliza para conseguir sus propósitos. Violeta dirige una empresa pública y se encuentra con Emerano Alcántara, auditor y poeta, un escritor con poca  fortuna con una vida insulsa que se ve  envuelto en la intriga de un premio literario. Paula, la esposa de Emerano es también una mujer astuta, poco atractiva pero constante hasta conseguir conquistar a Emerano ya que para ella el matrimonio es un seguro de vida.
 Para Violeta, el poder y el dinero, son la clave del éxito y para conseguirlo no duda en utilizar todos los medios de los que dispone. El juego de los espejos nos muestra  una sociedad egoísta, agresiva y competitiva. Se trata del mundo de los ejecutivos que con la nueva moral de los tiempos que corren a finales del milenio, parece disculpar la manera de ser de estos personajes como aceptando que son la consecuencia de la era que les toca vivir.  
El  hecho  de que el  mundo literario esté presente  en la  novela, añadió para mí un interés especial dado que entonces yo desconocía en parte los entresijos de los concursos literarios y todo lo relacionado con los jurados de los premios.
Como ángeles en un burdel (2002), Premio de novela Ateneo de Sevilla, es una novela  con un punto de crudeza que  inquieta. María  García-Lliberós se mete en la piel de la joven Angélica, de 31 años, que tiene una  relación tormentosa, desde muy jovencita, con un hombre mucho mayor que ella, Miguel, quien la seduce y manipula hasta crearle una dependencia absoluta. Una se pregunta cómo a finales del siglo XX con los cambios sociológicos conseguidos, con una transición que no fue perfecta pero que dio paso a libertades imprescindibles, todavía hubiera  mujeres tan necesitadas de afecto para sentirse bien y que esta circunstancia las llevara a un sometimiento tremendo. Esta necesidad de sentirse querida la obliga a hacer cosas que no desea, por agradar a Miguel, el hombre que la domina de manera calculadora,  para luego echarle en cara que  carece de criterios propios o que es insegura.El desenlace de la novela es muy fuerte porque la única salida que ve Angélica de ese dominio es la desaparición de su amo. Tengo que reconocer que este es uno de los personajes de la obra de María que más me ha hecho reflexionar. Sin querer he juzgado a Angélica y el veredicto no ha sido indulgente. Puedo entenderla, pero no aprobarla.
Lucía o la fragilidad de las fuertes (2011) nos presenta otra clase de mujer independiente, heredera  de la fortaleza  de las  mujeres  que  la han precedido. El descubrimiento de un secreto  familiar cambiará el  concepto  que  Lucía  tenía  del pasado  y le hará  tomar  decisiones importantes sobre su  futuro. Lucía se reencuentra con  Paloma y Lola sus amigas de la infancia. Se trata de mujeres cuya independencia económica les ha proporcionado una  libertad  que las tres amigas han aprovechado, cada una a su estilo. Lucía o la fragilidad de las fuertes habla de una nueva generación de mujeres viviendo en una democracia por la que lucharon en su juventud. El título de esta novela me inspiró un poema llamado “La fragilidad de las fuertes” que ha sido publicado en diversas antologías. Por supuesto pedí permiso a María para utilizar el título de su novela pues me parecía muy acertado.
En Diario de una sombra (2015) Elsa es una mujer que habla por medio de su diario y dos o tres cartas que tardan 30 años en leerse por el abogado Gabriel Pradera con el que tuvo un romance en Londres. Como todo acto tiene sus consecuencias, esta relación la tuvo con el  nombre de Gonzalo. Elsa no se valora lo suficiente por lo que se deduce de su diario, tiene a su amante en un pedestal y cuando este desaparece de su vida asume el abandono con dignidad aunque nunca deja de amarlo. Nuria, la esposa de Gabriel no tiene la culpa de ser la hija de un banquero que la convierte en la esposa útil para que un hombre ambicioso  medre  en un mundo de influencias y lujo. Hay otra mujer en la trama de la novela, Cristina,  cuya ambición y malas artes precipita el desenlace. Doña Manuela es un personaje entrañable con la sabiduría que da la edad para comprender a los seres queridos y la capacidad de olvidar todo cuanto lesione el sosiego de su vejez.
Y llegamos a La función perdida: Ana, Trini, Elena y Marisita en la vida de Emilio. Adela, Adelita y Sara en la vida de Guillermo y como secundarias están Scarlett, Cristina y  Mercedes. Todas son mujeres auténticas que dan mucho juego a la trama y merecen un amplio debate, pero para eso cedo la palabra a la autora para que nos desvele la psicología de cada una de ellas.
Gloria de Frutos

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