domingo, 16 de febrero de 2014

"Odio, amistad, noviazgo, amor y matrimonio", de Alice Munro

Editorial RBA, 2010
365 páginas.


     Cuando me enteré de que Alice Munro había ganado el premio Nobel, me propuse acercarme a su obra. Lo hago por primera vez con este libro que alguien me indicó que era el más adecuado para ello. Se trata de un conjunto de nueve relatos cortos, nueve trozos de vida que iluminan espacios oscuros de las personalidades de los protagonistas. Porque Alice Munro se mete en el interior de ellos y muestra los auténticos pensamientos y ambiciones que cada uno esconde y explican, de alguna manera, su conducta. Extraña conducta, en ocasiones. Las relaciones familiares y, sobre todo, las de pareja, son complejas, incluso las duraderas y con apariencia de balsa de aceite. Intereses varios, egoísmos, celos ocultos, decepciones, sumisiones engañosas, enemistades latentes, reproches ahogados, anhelos insatisfechos, se encuentran en la base de gran parte de las frustraciones que nos afectan. Querer es una acción difícil. Y dejarse querer, también.
     Por lo general, no me atraen los libros de relatos cortos. Prefiero una novela larga porque, si es buena, me deja una huella que no consiguen éstos. El estilo de Alice Munro es directo, franco y ameno. Sus historias se leen con interés. Gustan. Cada uno tiene un giro sorprendente e inesperado que te dice que la vida de cada cual no está contada de antemano y que las circunstancias tienen una importancia enorme en el curso de las mismas. También hay pensamiento y un conocimiento de la psicología de las relaciones humanas profundo.
     Seguiré aproximándome a esta autora, cada cierto tiempo, para empaparme de estas incisivas lecciones de vida. Valen la pena.









domingo, 9 de febrero de 2014

"Infierno de neón", de J. R. Barat.

Ediciones del Viento, 2013

235 páginas. 18,00 €.

Juan Ramón Barat (Valencia, 1959) amplía su registro literario con esta primera novela negra, ganadora del XVII Premio de Novela Ciudad de Salamanca. Lo hace con valentía y solvencia. Infierno de neón se lee con interés porque aborda un tema que es noticia, cada día más frecuente, en los medios de comunicación. El rapto y trata de mujeres, de cualquier raza y color, para obligarlas a
prostituirse es un negocio que mueve cantidades ingentes de dinero y está dando lugar a la proliferación a lo largo de los municipios costeros, sobre todo, de burdeles que son auténticas cárceles donde las mujeres se ven sometidas a humillaciones, daños corporales y amenazas de muerte.
El escenario geográfico es la costa de Murcia, aunque igual podría haber sido la valenciana, una zona machacada por la especulación inmobiliaria en los años del espejismo económico y el despilfarro, que ha dado cobijo al asentamiento de mafias, organizadas en férreas jerarquías, integradas por criminales sin alma, en las que un error se paga con la vida, dedicadas a la explotación sexual –de mujeres jóvenes, pero también adolescentes y niños- el tráfico de estupefacientes, el lavado de dinero negro a través de inversiones inmobiliarias, y hasta la venta de videos por internet conteniendo grabaciones de asesinatos en directo.
La fuerza de Infierno de neón se encuentra en la verosimilitud del entramado mafioso y sus procedimientos. El autor ha hecho un buen trabajo de documentación. La infiltración de topos, mediante sobornos, en la policía, la judicatura, entre los políticos, empresarios locales y funcionarios, les permite trabajar con unos márgenes de impunidad altísimos. Los métodos para engañar a las jóvenes, procedentes de países y familias pobres, y convertirlas en prostitutas, dan lugar a las escenas de mayor violencia, estremecedoras, precisamente, porque el lector las cree a pies juntillas. Ponen los pelos de punta y la novela, cumple así, una labor didáctica y de denuncia pues son los clientes de esos burdeles del siglo XXI los que a fin de cuentas financian la moderna esclavitud de las mujeres en el mundo desarrollado.
En cuanto a los personajes, la novela se ciñe al patrón del género y cumplen su función en el argumento. Matías Vidal, el pobre hombre abandonado por su esposa, profesor de filosofía y triste filósofo, testigo involuntario del asesinato nocturno de dos suramericanas, convertido en objetivo a eliminar por la trama criminal y en pequeño héroe romántico en su lucha por sobrevivir. El honesto inspector Corrales, a punto de jubilarse con la sensación de fracaso, al haber dedicado su vida a la persecución de delincuentes en una sociedad que favorece su crecimiento. Proteger a Matías se convierte en tarea titánica, al igual que desmontar el entramado mafioso. Sin embargo, son los perfiles de la pareja de policías corruptos, de Pepe el Negro, el Peque y el gitano Torres, Pancho Carrasco, Cesare Parelli y el resto de componentes de la banda los que surgen con potencia y generan mayor tensión en la lectura. Un conjunto de violadores, torturadores que gozan con el terror de las mujeres, asesinos, serviles con el jefe y crueles con los subordinados. Actúan con frialdad, sin permitir que los sentimientos se alojen sus espíritus. Saben matar y eliminar los cadáveres sin dejar huellas. Son profesionales del mal.

Para finalizar, una nota: España se ha perfilado en las últimas décadas como destino preferido de estos grupos criminales. Infierno de neón nos coloca frente a lo que es, también, parte de nuestra realidad. Por eso conviene leerla.

María García-Lliberós

Reseña publicada en POSDATA, suplemento cultural de lEVANTE-EMV, el viernes 7 de febrero de 2014.

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