miércoles, 31 de agosto de 2011

"Némesis", de Philip Roth



Círculo de Lectores, 2011 (y Mondadori).





La última novela publicada en España de Philip Roth aborda la situación provocada en Newark, durante el verano de 1944, por una epidemia de polio que se cebó, especialmente, en los niños y adolescentes del barrio judío.

En los EE.UU., durante aquel verano, los jóvenes se alistaban para luchar en Europa o en el Pacífico en plena Guerra Mundial. A esas ausencias, en algunas familias se unieron la de los niños atacados por la polio, en una lucha doméstica en la que la impotencia ante el mal daba paso a la desolación.

El protagonista es un profesor de educación física y director de un centro de verano que vivirá la tragedia en primera línea. Los hechos sirven para introducir el eterno debate de ¿por qué existe el mal?, ¿qué sentido tiene el dolor en unos niños indefensos?, ¿qué responsabilidad tiene Dios?

Son temas importantes y el relato, contado cronológicamente, con una prosa correcta y sin asumir riesgos literarios, se deja leer, aunque suene un poco a "ya visto", resulte previsible, le sobren algunas páginas relativas a las creencias de los indios como fuente de inspiración de juegos en campamentos de verano para niños blancos judíos, y le falte emoción.

Esperaba más, mucho más, del autor de "La conjura contra América" o "Pastoral americana".

viernes, 26 de agosto de 2011

LOS ENAMORAMIENTOS, de Javier Marías



Ed. Alfaguara, 2011. 401 páginas.


"Los enamoramientos" es una novela con mucha reflexión sobre las intimidades del ser humano. Comienza con la muerte del empresario Miguel Deverne, acuchillado en plena calle por un aparcacoches demente que parece haberlo confundido con otro. Un hecho azaroso que transformará en un instante la vida de Luisa, su esposa. La narradora es María Dolz -una novedad que sea una mujer-, testigo de la felicidad existente entre el matrimonio, una pareja envidiable y enamorada.

El suceso dará pie a pensar sobre la muerte, sus consecuencias, la pérdida o la ausencia y, lo más interesante, el significado para el propio muerto que ya no oye, ni decide, ni está, aunque haya dejado huella. También sobre la capacidad para salir adelante y reorganizar la existencia, hasta el punto de lo inconveniente que sería la resurrección del amado, sobre todo si éste ha sido sustituido por otro.

Superadas las cien primeras páginas, la novela da su primer quiebro y cobra nuevo impulso cuando María Dolz se enamora de Díaz-Varela, el amigo del difunto y aspirante a ocupar su lugar, una persona atractiva e inteligente, embaucador, buen amante, capaz de eliminar cualquier obstáculo para conseguir su objetivo, un hombre cuyos anhelos están por encima de la lealtad. Las digresiones de María sobre el enamoramiento de ella y el encaprichamiento de él, enamorado a su vez de Luisa, así como sobre el hecho de que todos podamos ser sucedáneos de alguien, y los cambios en las exigencias de los sentimientos con el paso del tiempo, son espléndidas.

La forma en que el autor introduce la sospecha de que la muerte de Deverne no fuera tan azarosa, a través de las fantasías de María en torno a la muerte de Luisa y su proyección sobre Díaz-Varela respecto a su mejor amigo, no tiene desperdicio. El método, cien por cien Javier Marías, consiste en obligar al lector a que retuerza cada idea, la exprima desde cualquier perspectiva, analice todas las posibilidades, observe, deduzca, obtenga conclusiones. En algún momento la novela bordea el género negro -un crimen premeditado pendiente de cierta dosis de chiripa, lo que gradua la responsabilidad-, por poco tiempo, porque apunta mucho más alto. Por eso cobra tanta importancia la relación entre María y Díaz-Varela, el temor de ella cuando sabe lo que no debería saber, las estrategias mentales, el análisis consciente de sus debilidades, la necesidad de relativizar lo que es atroz, de adaptar la imagen del amante para que siga siendo aceptable, la persistencia del deseo confundido con el miedo.

En el último tercio del libro, el autor da otra vuelta de tuerca. La conversación entre María y Díaz-Varela sirve para introducir un nuevo elemento que neutralice la versión que la primera tiene: la voluntad del difunto para justificar lo horrible con algo más horrible. Se acepta la muerte y la idea de cesar, pero no la de sufrir sin sentido. Consigue plantar la semilla de la duda, convence de lo difícil que es aprehender la verdad -ésta es una maraña, incluso cuando se desmadeja, y eso pretende la novela-, enfría las ansias de justicia.

Una novela densa escrita con la prosa característica de Marías, salpicada de referencias literarias oportunas y didácticas -Balzac y el personaje del coronel Chabert, Athos de Los Tres Mosqueteros- de gran riqueza verbal, con el exhibicionismo sobre otras lenguas al que nos tiene acostumbrados y de su vasta cultura. Debo decir que aunque la narradora sea una mujer, el lector asíduo de Marías sigue oyéndolo a él, como ocurría con Jacobo Deza en la trilogía "Tu rostro mañana", porque el tono y el estilo es el mismo. Tampoco renuncia a sacar al erudito Francisco Rico, una fijación del autor, aunque no tengo la seguridad de que lo haga como homenaje a un amigo ya que, libro a libro, va perfilando la figura de un ser intratable, pedante, contento de ser quién es y de haberse conocido, cuestiones a las que no hay que darles importancia.

Una novela sofisticada que he leído con interés creciente -a partir de la segunda mitad absorbente- porque el acierto mayor es la estrategia novelística, la dosificación de la información, los cambios de punto de vista y las reflesiones exhaustivas sobre la envidia, el azar, la muerte, el dolor, los peligros de enamorarse, el suicidio, la amistad, la sustitución de una persona por otra, la impunidad y la justicia, cuestiones que nos afectan, queramos o no, y con las que estamos destinados a enfrentarnos antes o después.

No se la pierdan.


María García-Lliberós

jueves, 18 de agosto de 2011

"Lucía o la fragilidad de las fuertes" entre los libros más solicitados en las bibliotecas valencianas



Las Provincias de 17.08.11., página 35 "Los libros más leídos de las bibliotecas", artículo de Carmen Velasco.

Escribimos para que la gente nos lea, disfrute y reflexione con nuestras creaciones, participe de nuestras fantasías, conozca nuestra visión del mundo, ilusiones, esperanza y miedos. Por eso, cuando tenemos constancia de interesar a los lectores, la alegría es inmensa y compensa las muchas horas de trabajo solitario que conlleva escribir una novela.
"Lucía o la fragilidad de las fuertes" (Plataforma Editorial, 2011) es una novela corta pero intensa que aborda asuntos que nos importan. Lo hace con una prosa culta y sencilla, desde la perspectiva de una mujer de nuestro tiempo que afronta las dificultades, cree en la amistad y lucha por ser feliz.

jueves, 11 de agosto de 2011

"Larga tormenta de otoño", José Manuel González de la Cuesta

Editor: José Manuel González de la Cuesta, Castellón, febrero de 2011.
308 páginas. 18,00 €
Finalista del Premio Fernando Lara 2010.

“Larga tormenta de otoño” puede calificarse de novela de género. Toma de la novela negra americana algunas características en el diseño del protagonista, Jacobo López, un abogado inteligente dedicado a asuntos civiles, soltero, que se ve inmerso, por amor, en un caso penal: la investigación del robo de un cuadro de Antonio Saura en el Museo de Bellas Artes de Castellón. Jacobo es atractivo, valeroso, noctámbulo, ejerce con frecuencia de pincha discos del Mata Hari, un local para amantes de la música, seductor y sentimental empedernido. Pero no es un tipo duro ni se lía a mamporros a la primera oportunidad, resuelve los temas con mejor estilo.
Ana, la mujer de sus sueños, responde al perfil de la chica de la película en cuanto que es guapa y de buen tipo, independiente y culta, soltera y soñadora, vulnerable y necesitada de protección y, además, ejerce una profesión de culto: comisaria de exposiciones pictóricas.
Tampoco faltan entre los personajes secundarios el buen inspector de policía, el tratante de arte cuya tienda de antigüedades constituye una tapadera, una trama lateral de negocios negros liderada por un empresario del sector de la cerámica, la secretaria incombustible y así hasta componer un elenco esencial para sustentar la complejidad del argumento.
“Larga tormenta de otoño” se distingue por el escenario que escoge para que deambulen sus personajes: la ciudad de Castellón, si bien algún capítulo se sitúa en A Coruña, que eleva, desde la perspectiva literaria al nivel de Nueva York, Barcelona o Estocolmo. Lo consigue por su tratamiento alejado de costumbrismos rancios, resaltando los ambientes más cosmopolitas, dotando a sus personajes de un barniz que trasciende los aspectos locales y tomando como pieza argumental un asunto propio de delincuentes de altos vuelos.
Interesa destacar, por otra parte, las aportaciones culturales en torno al nacimiento del grupo pictórico El Paso, que se homenajea, al que perteneció Antonio Saura, junto con Rafael Canogar, Manuel Miralles, Luis Feito, Juana Francés y otros, con la pretensión de cambiar el panorama del arte en el franquismo abriéndolo a la influencia de las vanguardias. Saura es el autor de El grito, cuadro robado y cuya recuperación constituye el núcleo de la trama. Asimismo, las referencias musicales constituyen otro elemento de contextualización importante.
En definitiva, una novela que tiene ritmo, interesa y se lee con gusto y que disfrutarán, especialmente, los lectores de la ribera mediterránea.

martes, 9 de agosto de 2011

"Purga", de Sofi Oksanen

Círculo de Lectores, 2011 (Ed. Salamandra, 2011).
357 páginas.

Tenía ganas de leer una novela que me mantuviera hipnotizada desde la primera de sus páginas y “Purga” lo consigue. Por eso, comienzo esta reseña recomendándola con entusiasmo. Hay muchos elementos destacables en este libro.
La acción transcurre en un pueblo del oeste de Estonia, entre 1936 y 1992, cinco décadas largas en las que los estonios pasaron de ser un país libre a uno ocupado, primero, por los alemanes, entre 1939 y 1944, durante la Segunda Guerra Mundial y, después, por los rusos que la convirtieron en República Socialista Soviética de Estonia, hasta 1991 para, finalmente, ser de nuevo una nación libre. Períodos de paz que se alternan con situaciones bélicas y con etapas de ocupación provocando enormes fracturas en el cuerpo social. Lo interesante de esta novela es el análisis de las consecuencias de esta sucesión de acontecimientos desde el interior de una familia, los Tamm, con dos hijas, Ingel y Aliide que, al mismo tiempo que sufren atropellos y vejaciones de los regímenes invasores, sabrán valerse de ellos, al menos Aliide, para instrumentalizarlos a favor de sus sentimientos, ejercitar venganzas o desahogar su odio.
Aliide Tamm, convertida en Aliide Truu, al casarse con un miembro de la clase dirigente comunista, va a convertirse en el eje del relato. Una mujer de carácter feroz, de fuertes pasiones reprimidas, de mentalidad fría y un tanto enfermiza, con capacidad de resistencia y de planificación, que someterá el curso de su existencia a su obsesión por Hans Peek, su cuñado. Pero en esta narración, inmersa en una sociedad en la que cada vecino se ve obligado a ejercer de espía, nadie es lo que parece y eso es lo que la hace fascinante.
La estructura de la novela ofrece complejidad y solidez. Son constantes las vueltas a atrás y los cambios de perspectiva narrativa. La otra protagonista es Zara Peek, una joven rusa atrapada en una red de traficantes de mujeres que, en su huida de la misma, acabará apareciendo, no de forma casual, en la casa de Aliide. La relación entre la anciana Aliide y la joven Zara pasará de la desconfianza a la complicidad a través de unos diálogos parcos excelentes y unas deducciones de cada cual sobre los comportamientos mutuos sin desperdicio alguno. Impresionante la descripción, con pocos y efectivos trazos, de las estrategias de captación y comportamiento posterior de los tratantes de mujeres. Asimismo, la autora consigue, sin necesidad de explicitarlas, que el lector capte e imagine las técnicas “de interrogatorio” soviéticas sobre las mujeres, llevadas a cabo por vecinos “normales” a los que reconocerán, después, en el ejercicio de sus profesiones habituales, haciendo que el miedo y la humillación se prolongue de por vida, al reconocer una voz en una sala de espera, o el ruido de unas botas al pisar la calle o la mano peluda de un hombre al intentar un saludo.
Sofi Oksanen escribió esta novela con 31 años. Ha dado muestra de una madurez literaria extraordinaria al abordar un tema tan difícil como el de una sociedad enferma descrita desde los avatares de unas pocas personas. La supervivencia en algunas circunstancias facilita la traición, relaja la ética y hasta hace tolerable al crimen.
Estuve en Tallin el año pasado. Me pareció una ciudad primorosa, de habitantes amables de fácil sonrisa. Sí que advertí su animadversión hacia los rusos. Es difícil perdonar el cultivo de la desconfianza dentro de tu comunidad y más difícil aún superarlo. El tiempo tiene trabajo por delante.
Una lectura muy interesante.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ha salido el nº 2 de la revista digital CLAVE LITERARIA

http://www.escritoresvalencianos.com/libros/RF-110729192710.pdf

En la página web de la Asociación de Escritores y Críticos Valencianos podéis encontrar el número 2 de la revista digital CLAVE LITERARIA. Esta vez, rinde homenaje a la gran escritora María Beneyto, fallecida recientemente, una mujer bellísima y querida.
Además, aporta las secciones de reseña de libros dando cuenta de la cosecha de este año. Entre estas últimas se encuentra, en la página 16, la del escritor Rafael Coloma sobre "Lucía o la fragilidad de las fuertes". Gracias por prestarle atención a mi última novela, Rafael, y por tu análisis siempre sutil y estimulante.

Felices vacaciones y ¡felices lecturas!

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