sábado, 14 de abril de 2018

La reseña de Teresa Argilés, en el foro alicantino El Libro Durmiente

La función perdida – María García-LLiberós

TÍTULO DE LA OBRA: La función perdida
AUTOR (A): María García-LLiberós
EDITORIAL: Sargantana
AÑO DE EDICIÓN: 2017
ISBN N.º: 978-84-16900-56-5
N.º DE PÁGINAS: 358
TEMÁTICA: Narrativa actual
PRECIO: 17,90 €
ENCUADERNACIÓN: tapa blanda
Reseña realizada por Teresa Argilés:
No es la primera novela que leo de García-Lliberós, quizás en las otras no había reparado, o bien no era de este mismo corte, la ironía con la que trata los temas de actualidad.
Es un libro escrito en primera persona; el propio protagonista va escribiendo sus memorias o vivencias en un momento de su vida en el que se siente fuera de lugar, echa la vista atrás y no le gusta, ahora, como ha sido, lo que no quiere decir que no la viviera con plenitud mientras se desarrollaba.
Ha utilizado cada capítulo, de los veinte que tiene, para abordar una situación vivida: cómo la trató en su momento y cual es su visión ahora. Nos muestra cómo llevó la infidelidad, la muerte de su esposa, la relación con sus hijos, su vida ahora en soledad, etc…
Ha utilizado párrafos muy largos; en un capítulo de dieciséis páginas, pueden haber quince o veinte con diálogos muy largos. Entiendo que al querer contar el protagonista su día a día, él mismo se eterniza en describir al detalle lo que piensa y lo que quiere contarnos; creo que aquí el personaje manda y la autora con su buen hacer le ha dejado. Tal vez, en esta novela María ha seguido los dictados de una frase que le decía Ana, la difunta mujer de Emilio, el protagonista: Leer novelas y vivir otras vidas, la de los personajes,…
Así le puede ocurrir al lector que cada capítulo es un momento incierto de esta España sumida en una crisis que algunos dicen que ya está superada, pero, ¿qué crisis está superada?, la económica, la de los valores, la de la moral…
Es difícil saber cual de ellas está superada, cuando se han traspasado muchas líneas. Emilio mismo, el protagonista, un hombre temido y respetado en su trabajo, también tuvo su momento de “gloria” firmando algún proyecto que no debía. Cuando lees esta novela también te das cuenta de que en este número de páginas ocurren las mismas cosas que están pasando, han sucedido y ocurrirán en la vida cotidiana.
A veces es difícil ponerse en la piel del autor para saber de qué fuentes ha bebido para contarnos lo que nos cuenta, o bien, hasta donde llega su capacidad de imaginación para contarnos una ficción, pero que es tan real como la vida misma.
Gracias María por estas hermosas y delatadoras letras que he leído y que han salido de tu pluma; espero tu siguiente obra.
Y cierro mi opinión volviendo a una frase de Ana: Como lectora me siento una exploradora de un mundo sin final.
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