Con grabados de Nassio Bayarri.
El Búho de Minerva Ediciones, 2014
345 páginas.
José Miguel Borja (Gandía) gusta definirse
como un librepensador y lo es, al igual que un hombre que derrocha sentido del
humor, tolerancia, amor a la vida y curiosidad por el mundo que le rodea. Estas
cualidades se reflejan en su obra literaria, amplia y variada y, en especial,
en sus novelas. Una novela de José Miguel Borja garantiza la sonrisa del lector
en
cada una de sus páginas y, de vez en cuando, incluso, la carcajada. El gobierno de las damas
es un libro divertido que está muy bien escrito. En su conjunto puede
calificarse como de una ucronía o utopía aplicada a la historia, utilizando
personajes históricos y manipulando la realidad para aproximarla al ideal
conformado por la fantasía.
La acción se ubica temporalmente en
el siglo XV, el siglo de oro valenciano, bajo el reinado de Alfonso el
Magnánimo, que lo era también de Aragón, Cataluña, Mallorca y Nápoles.
Aprovechando una campaña del rey en Cerdeña para sofocar una revuelta y que
prolongará luego en Nápoles, su esposa, la reina María de Castilla, una mujer
decidida a cambiar las cosas, llevará a cabo el sueño de constituir un gobierno
de mujeres. Convencida de la igualdad de derechos entre ambos sexos, se propuso
que la concordia y la tolerancia se impusieran en la relación entre ellos. La
reina asumirá las relaciones diplomáticas y las de orden interno, Salomé
Santángel, hija del banquero, se responsabilizará de las finanzas, Tecla Borja,
sobrina de Alfonso Borja quien luego será el papa Calixto III, asumirá el
ministerio de felicidad y tolerancia, Scheherezade, esposa del farmacéutico, se
dedicará a la sanidad y sor Isabel de Villena de las difíciles relaciones con
el estamento religioso. Tan singular gobierno, se apresurará a sustituir los
espectáculos de quema de herejes en la plaza pública llevados a cabo por la Inquisición , por
lecturas gozosas del Tiran lo Blanc,
con gran éxito popular. Asimismo, abrieron la primera escuela de poesía y el
primer manicomio de Europa (el del padre Jofré), abolieron el derecho de
pernada y el cinturón de castidad y ampliaron en lo posible las libertades civiles
para propiciar una atmósfera que favoreciera la abundancia de personas felices
o, al menos, con buen humor que son las que mejor saben enfrentarse a los
despropósitos que ofrece la vida.
La novela se estructura como un
relato torrencial, en capítulo único, en el que con la astucia narrativa que
otorga el oficio, José Miguel Borja nos va contando anécdotas y pequeñas
historias que afectan a Ausias March, alconero del rey además de poeta
enamorado de Tecla Borja, de carácter escrupuloso, preocupado por conjugar el
amor carnal, del que estaba muy necesitado, con el espiritual, cuya ausencia
temía, a Alfonso de Borja y al propio rey en escenarios tan dispares como
Valencia, Nápoles, Roma, París y hasta la China.
El amor, los celos, la venganza, el
deseo, el placer, siguen siendo los móviles de la conducta humana, mediatizados
en ocasiones por la magia y la imaginación, el conocimiento de sucesos que
ocurrirán siglos más tarde, porque todo cabe en esta historia llena de agudezas
en la que la crítica a cualquier poder, por dura que sea, se presenta envuelta
en inteligencia, ironía y sarcasmo.
Una lectura ideal para los meses
estivales, amenizada por los grabados de Nassio Bayarri, un nigromante en la
novela y estrecho colaborador del gobierno de las damas.
María García-Lliberós
Reseña publicada en POSDATA, el suplemento cultural de LEVANTE, el viernes 27 de junio de 2014.
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