sábado, 14 de abril de 2018

"La educación sentimental según los perros", de Miquel Martínez


Samaruc Editorial, 2018.            
Miquel Martínez
169 páginas.

Miquel Martínez (La Vila Joiosa, 1959) ha publicado la mayoría de sus obras en valenciano. En 2001 ganó el premio Ulisses de narrativa con la novela en torno a una historia familiar Nómina de dubtes. Anteriormente había publicado otras dos novelas: La lluna de Taa y El enigma de Sir Robert McLean. En 2005 ganó el premio Ausias March de Poesía, con El Raval de l’alegria. Su producción poética tiene otros importantes galardones. Es periodista de RNE . 
Lo primero que me ha llamado la atención de esta novela corta ha sido el título La educación sentimental, según los perros. Cuando se hace referencia a esas tres palabras colocadas en ese orden –la educación sentimental- nuestra mente evoca de inmediato la novela de Gustave Flaubert, que atañe al aprendizaje de la vida de un adolescente, Fredéric, a sus primeros encuentros sexuales y sus primeros conflictos sentimentales. Su enamoramiento de la exquisita Sra. Arnoux, una amor que no llegará a consumarse, supondrá, en la vida de Fredéric, el impulso que, mediante el despecho, la desesperación o la ilusión, irá provocando acciones con consecuencias sobre él y terceras personas. Pura vida. La novela de Miquel Martínez nos habla de una segunda educación sentimental, en una edad adulta, porque afecta al protagonista y relator que ha cumplido los 50 años, y comienza o viene provocada a partir del momento en que se hace cargo de su perro Mos.
La novela, contada en primera persona, nos sumerge en los pensamientos del relator, un hombre observador que inicia nuevas relaciones con otras personas que también tienen perros. Entra en la comunidad de las personas con perro y, en consecuencia, con otras preocupaciones y ocupaciones además de las normales y, sobre todo, con otro punto de vista sobre el mundo que te rodea, porque de los perros se puede aprender mucho y, sobre todo, tienen un don maravilloso e impagable: saben sacar lo mejor del carácter de sus dueños. 
La estructura de la novela descansa en una sucesión de capítulos cortos que funcionan como cuentos con cierta autonomía. Incluso pueden leerse saltándose el orden sucesivo (excepto los capítulos finales). El hilo que los une es el relator y Mos que aparecen en todos ellos, incluso se sostiene la tesis de que los mundos de las personas y los de sus mascotas están conectados. Las anécdotas que cuentan podrían demostrarlo y están llenas de ironía e incluso de sarcasmo y, sobre todo, de tolerancia hacia las debilidades de los seres humanos puestas en evidencia. La fantasía preside la concepción de la trama y no dudo en calificar la novela de fantástica (en especial los capítulos en los que el narrador juega a la impostura y conversa con Mos).
El narrador, ese personaje interpuesto entre Miquel Martínez y el lector, se detiene en la forma de hablarnos de los perros, a través de la mirada (como la de una persona reencarnada); en la confianza ciega que depositan en el amo, incluso cuando este lo trate mal; en los perros abandonados y en las personas que se sienten abandonadas; en las claves exclusivas que comparten los que tienen perro; en los riesgos de los perros peligrosos y la falta de preparación de algunos amos; en los pensamientos que surgen en los propietarios de perros mientras pasean a estos y en el papel de alcahuetas de los perros sabiendo poner en contacto a algunos amos solitarios. Hombres y mujeres que conversan en los parques con la excusa de algo que ha hecho su mascota y se despiden amigos, sin conocer aún sus nombres, pero con una información exhaustiva sobre los respectivos perros. A ese encuentro sucederán otros. .
Al final nos percatamos de que Miquel Martínez ha tejido una teoría de la conducta de las personas con perro. De hecho nos transmite la transformación del protagonista desde que comparte su vida con Mos.
En definitiva, una novela escrita con sensibilidad, la que requiere cuando se abordan las formas de actuar de nuestros semejantes, que se lee muy bien –la prosa se abstiene de toda retórica y está cerca de la crónica social- divierte y descubre facetas de la condición humana que podrían habérsenos pasado por alto.
Por eso su lectura es recomendable. Disfrútenla.
María García-Lliberós.

1 comentario:

  1. Hola Maria, nos ha gustado tu post y lo hemos compartido en la fanpage de nuestra libreria Salamanca en Valencia, con motivo de la presentación del libro de Miquel Martinez el p lunes día 7 de mayo a las 19:15. Gracias.

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