Ediciones Pàmies, 2019.
467 páginas
VIII Premio de novela histórica Ciudad de Úbeda.
Nos encontramos ante una
buena novela de ambientación histórica pues, aunque algunos de sus personajes
existieron y algunos hechos sucedieron, el peso protagónico de la trama lo
sustentan seres de ficción. Hay que decir que el trabajo llevado a cabo por
el autor de documentación y contextualización geográfica y temporal, en lo que
hace al paisaje, lenguaje, costumbres, indumentaria, y demás detalles, como la
lucha con espada, ha sido formidable y si algún reproche cabe hacer es que ha
pecado por exceso. Los lectores aficionados a este género, disfrutarán de lo
lindo.
La
segunda expedición es una novela de aventuras dirigida a
lectores mayores de doce años, sin límite de edad. Predomina la acción sobre el
pensamiento. Sus protagonistas, Beatriz y el joven Martín del Castillo, tienen
las características de auténticos héroes. Son valientes, hermosos, nobles de
espíritu y se enfrentan con coraje al mal, personificado en otros personajes, y
a una sucesión de obstáculos a su felicidad a cual más imaginativo y feroz.
Todo ello en el siglo XVI, pues el relato se inicia en 1518, en Villa de
Santiago de Cuba, bajo la dominación española.
El argumento aprovecha la
expedición alentada por el entonces gobernador Diego Velázquez de Cuéllar para
explorar “los límites de los mapas” de la isla de Yucatán, descubierta hacía
poco. Los españoles que se apuntaron lo hicieron animados por la codicia, el
ansia de encontrar oro, de apresar indios para utilizarlos como mano de obra
gratis, aunque la palabra esclavo estuviera prohibida, en encomiendas de tierra que el gobernador distribuiría en compensación
a su esfuerzo. Hacerse ricos era el único objetivo. En esta parte, cobra
importancia el lenguaje marinero, y las técnicas de la esgrima porque son
numerosos los lances, con resultado de muerte, para resolver asuntos de honor, algunos
bastante pintorescos. La sociedad, diseñada por los varones, responde a un
patrón que premiaba la violencia, el machismo y la ambición. Las mujeres, ya
fueran indias o españolas, eran consideradas como otras posesiones. En este
sentido, la novela tiene la virtud de desmitificar los comportamientos épicos de
los conquistadores españoles en las Américas.
La
segunda expedición es una novela que contiene elementos propios
de la literatura fantástica. Martín, elegido por la diosa Ixchel para liberar
su templo de las fuerzas del mal, librará una guerra particular en la que los
sueños, las profecías, creencias y leyendas de los pueblos primitivos, serán su
orientación intelectual y le abrirán una nueva perspectiva sobre su posición en
el mundo.
Los personajes adolecen, en
general, de una liviana profundidad psicológica, a excepción de Beatriz cuyo
diseño conviene destacar. Beatriz surge como la mujer moderna, feminista, que
se rebela ante su destino, que quiere ser libre y progresar. Dotada con
capacidad para los negocios, sabrá salir airosa de situaciones comprometidas y
llegará a levantar la primera fábrica de azúcar de caña en Santiago de Cuba. El
autor, a través de ella, redime al género femenino de su insoportable
sometimiento al desprecio de los hombres de su tiempo.
La
segunda expedición se lee muy bien, porque el relato,
omnisciente, mixto entre realidad y ficción, fluye con el pulso poderoso de Alan Pitronello (Chile, 1986), tiene
una prosa rica, con ritmo, atrapa y mantiene el interés del lector con quiebros
narrativos y suspense.
Un Premio de Novela
Histórica de la Ciudad de Úbeda 2019 merecido.
María García-Lliberós