Paréntesis Editorial, 2011. 169 páginas.
Miguel Sanfeliu (Santa Cruz de Tenerife, 1962) reside en Valencia y es fácil reconocer en este conjunto de 21 relatos breves, aunque no las mencione, las calles, cafeterías e, incluso, la atmósfera de esta ciudad como paisaje literario en el que se mueven los personajes.
Contar una historia con pocas palabras exige una prosa concisa, ausencia por completo de retórica, capacidad para la observación y para retratar un personaje con pocos rasgos, sólo los más relevantes o aquellos que permitan al lector hacerse enseguida una representación mental. Además, el relato corto debe contar un asunto que interese desde la primera línea pues no admite divagaciones. Quiero decir que no es un género menor y que incluso puede ser más complejo que una novela larga. Miguel Sanfeliu, con su prosa limpia y de buen ritmo, salpicada de diálogos agudos, demuestra con este libro que está dotado para la narrativa breve. El conjunto se lee con agrado, si bien es aconsejable no hacerlo de una sentada (lo que sí propicia una buena novela) sino poco a poco, para permitir que se asienten en la memoria.
Se trata de cuentos realistas que abordan temas actuales y cotidianos, la mayoría narrados en primera persona por un personaje masculino, que tienen que ver con el hecho de vivir y, sobre todo, su contrapartida, con la obligación de morir y sus consecuencias colaterales. La enfermedad, el envejecimiento, la rutina infeliz, el miedo, la frivolidad que nos envuelve, el desaliento ante la jubilación o la pérdida de trabajo, son los asuntos que motivan el autor.
Me han interesado especialmente los relatos titulados “Tanto tiempo”, “Los pequeños placeres”, “Dolor”, “El hombre invisible” y “Encuentro casual”, este último tremendo, duro e intenso. El libro vuela más alto conforme se avanza en su lectura porque los temas cobran mayor trascendencia. Muestra capacidad de análisis y de diagnóstico de los males que nos aprietan como seres sociales.
Reseña publicada en POSDATA, suplemento cultural de LEVANTE-EMV, el 18.11.11.
Estamos de acuerdo, María.
ResponderEliminarLeí el libro de Miguel, al que conozco personalmente, y me encantó. Yo ya lo he recomendado varias veces.
Espero que se lea mucho y se conozca a Miguel puesto que es un gran cuentista.
Un abrazo
Elena Casero