tag:blogger.com,1999:blog-6486559031026974859.post3834996547381124743..comments2023-08-17T16:32:15.510+02:00Comments on Crónica de lecturas: "Verano", de John CoetzeeMaría García-Lliberóshttp://www.blogger.com/profile/18160496387113547386noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-6486559031026974859.post-59180449590163851552010-12-29T10:11:27.187+01:002010-12-29T10:11:27.187+01:00¡Fantástico el análisis que has hecho! y con el qu...¡Fantástico el análisis que has hecho! y con el que estoy muy de acuerdo. Me gusta sentir lo mucho que has disfrutado con esta lectura y cómo lo transmites. La genialidad de la estructura de esta obra de Coetzee está en su estructura y en esas mujeres geniales que diseña como personajes.María García-Lliberóshttps://www.blogger.com/profile/18160496387113547386noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6486559031026974859.post-70533377672263654912010-12-27T19:07:59.353+01:002010-12-27T19:07:59.353+01:00Como creador de ficciones ¿está creando una ficció...Como creador de ficciones ¿está creando una ficción de si mismo?<br />Coetzee está hablando de él, de su forma de ver y entender la vida, fiel al espíritu de la letra, fiel a sí mismo pero ficcionando la narración, ¿Por qué, para qué son los libros sino para cambiar nuestras vidas?<br />Medita sobre la literatura y sobre su papel en la sociedad, se expresa a través de ella. La respuesta a para qué se escribe está realmente en lo que él escribe. En sus preocupaciones; la injusticia, la represión, las relaciones paterno-filiales, el sentimiento de culpa, el sistema de educación.<br />Ha optado por pensar a través de la narrativa en lugar de hacer ensayo.<br />Este libro, escrito desde la profundidad del yo íntimo, ha querido situarse como personaje biografiado en el que convergen historias noveladas de sus reflexiones, lo que desea, inquieta o lo que le obliga a sonreír.<br />Denuncia todo lo que dice ser. A través de sí mismo, con la distancia del verbo en tercera persona y las voces de sus personajes se atribuye todo lo que pretende denunciar.<br />Su narración tiene una dimensión ética o social, un sentimiento de náufrago insular, de colonialista, de solitario que necesita la distancia en sus comportamientos emocionales, docentes…<br />Coetzee interactúa con los personajes, creando ingeniosos tiempos verbales (el “yo” es el “él” o “ella”). Funde el pasado y presente en una misma escena. En esa superposición transcurren diálogos, pensamientos y anhelos, que se suceden en distintos periodos temporales. Sus párrafos así unidos se convierten en un todo consecuente, creíble y contextualizado.<br />No es una denuncia de un joven airado sino una autorreflexión a través del filtro de sus amantes. Se mete en la piel de estas mujeres que se expresan con gracia, con melancolía, con autoridad. Ellas son las que tienen iniciativa, dirigen, quieren ser protagonistas, opinan sobre John en particular y sobre los hombres en general pero siempre con un gran sentido del humor que las hace cercanas y entrañables contribuyendo a limar asperezas en la imagen que Coetzee quiere ofrecer de él. Llegan a hablar de John como un personaje cómico cuando sus principios se enfrentan con la realidad, una realidad que no le gusta y sobre la cual siempre se plantea preguntas. Siente un desgarro ante la injusticia humana, ante el quietismo de la sociedad, ante la competitividad agresiva. .<br />La ironía forma parte del drama y este libro es sutil a la hora de conjugarlas, es dulce y amargo dentro de sus profundos postulados. Una delicia la escenificación de John hablando desde la mentalidad femenina y sus guiños a los libros autobiográficos o a las terapias ocupacionales.<br />Es una narración muy cinematográfica, tiene colorido, claroscuro, profundidad, es muy ágil y directo, huye de la retórica y la grandilocuencia.<br />Siempre el “yo” que intenta relacionarse con lo que le rodea o más bien huye de “él”. Ese “yo” que en los momentos más auténticos abandona el “él” y se responsabiliza de sus palabras.<br />Le come el dolor de las casas que habita. Frías, sin luz, sin orden, establece una metáfora de la casa como refugio del “yo” interior, un “yo” magullado y tambaleante.<br />Sus escritos, su búsqueda, siempre están centrados en la autorreflexión, en la denuncia social. Un grito desgarrado, una ironía del mundo detrás de la cual están las preguntas eternas ¿existe la justicia social?, ¿el destino fatalista?, ¿la idea de eternidad?Carolinanoreply@blogger.com