viernes, 18 de marzo de 2016

Guillermo Galván presenta "Diario de una sombra" en el Foro FNAC-CASTELLANA de Madrid

El pasado miércoles 16 de marzo, Guillermo Galván, hizo de presentador de la novela Diario de una sombra, de María García-Lliberós (Editorial Sargantana, 2015) en el Foro FNAC - CASTELLANA de Madrid. Éstas fueron sus palabras:

 "Novela ejemplar, al estilo realista de la tradición cervantina"

Guillermo Galván y María García-Lliberós en FNAC Madrid.
María García-Lliberós es una autora con voz propia, con prestigio consolidado en la Comunidad Valenciana, donde cuenta con numerosos lectores. Es una de esas excepciones del refrán que afirma que nadie es profeta en su tierra. Ella sí que lo es, pero su obra merece un espacio más allá de esas fronteras.

En Diario de una sombra, su séptima novela publicada, la autora demuestra su dominio del lenguaje y una narrativa directa y sencilla. Y, como en las anteriores, el eje argumental es la lucha de la mujer frente en un medio hostil.
Podría parecer una novela de intriga. Al menos así se plantea desde el primer párrafo, con un hombre maquinando una muerte. Y tiene intriga, pero la historia no se queda en eso, porque se trata en cierto modo de una novela ejemplar, al estilo realista de la tradición cervantina, donde se desnudan las contradicciones de la condición humana. Es, a pesar de lo excepcional de alguno de sus personajes, una historia tan cotidiana que a muchos lectores, y sobe todo lectoras, les sonará familiar.
Diario de una sombra está estructurada en torno a dos líneas narrativas: la del presente, con un lenguaje claro y directo, de frases periodísticas, casi telegráficas, que contribuyen a mantener el ritmo de la acción de principio a fin; y la voz del pasado, que le da sentido y título, en forma de diario y de literatura epistolar, donde la autora se explaya en un desarrollo literario más profundo a través del lirismo. Esta última nos cuenta el origen de la trama y su posterior evolución, de cómo una jovencita idealista y enamorada ve cómo un imaginado futuro felicísimo se convierte en una pesadilla.
La voz del pasado es todo un crisol de los años setenta, que desemboca en un mundo  extraño para la protagonista y que la obliga crecer a base de duro realismo. Londres, España en los años del último franquismo y los primeros de la Transición, y finalmente Suiza, son los escenarios elegidos por la autora para desarrollar tan áspero periplo vital.
Naturalmente, no voy a revelar la trama, ni siquiera a mencionar los nombres ni el papel de sus principales personajes: esa es una labor de la propia autora, consciente de hasta dónde puede o no destripar la novela. Me limitaré a decir que todos sus personajes son de carne y hueso, plenamente creíbles. Y tratados con respeto, incluso los apriorísticamente más detestables. De modo que, lo que podría constituir una historia maniquea se convierte en manos de María García-Lliberós en un ejercicio de realismo psicológico.
Solo citaré a dos de esos personajes, secundarios, que me han cautivado. Uno de ellos es la conciencia, personalizada en Manolita, una anciana con principios de Alzheimer y una lucidez moral extraordinaria. El segundo personaje no es físico, y ni siquiera aparece con su nombre en la novela, pero sobrevuela cada una de sus páginas. Hablo de Némesis, esa ninfa clásica que representaba tanto la venganza humana como la justicia divina. El triunfo de Némesis parece incontestable a lo largo de 280 páginas, aunque la autora, en una genial vuelta de tuerca, prefiere optar por la justicia poética.
Soberbias son sus descripciones y reflexiones, especialmente sobre la vejez, los nuevos ricos nacidos del boom inmobiliario, y la histórica marginación femenina. Pero no podemos quedarnos ahí, porque “Diario de una sombra” es una novela con múltiples lecturas. Por ejemplo, la que se refiere al dualismo de la condición humana: la cultura del pelotazo frente al idealismo, el dinero frente al corazón, la ética frente al interés inmediato. Es también una novela de sentimientos y actitudes entrecruzados: amor, traición, desengaño, incomprensión, soledad, esperanza, ambición; aunque si alguno de ellos destaca es el de la cobardía, la negativa a afrontar las consecuencias de los propios actos.
También es una novela sobre el lastre del pasado. Porque a pesar de lo cansina que pueda resultar la presencia del pasado para algunos críticos, lectores o incluso escritores, el pasado nos define como individuos y como pueblo. Nadie es un Adán o una Eva recién llegado al mundo: todos venimos con una mochila cargada con la experiencia de los que nos precedieron y que nosotros completamos a diario con nuestros actos. Y esa mochila es parte del mundo que dejaremos a nuestros descendientes.
Nos enseña esta novela que todas las decisiones tienen sus consecuencias; muchas, afortunadamente, intranscendentes, aunque otras determinan la felicidad o la desgracia, personal o colectiva. Decisiones que establecen la diferencia entre lo que podríamos llamar buena gente o tipos deleznables.
Diario de una sombra es una novela que se lee de un tirón, pero recomiendo abordarla sin prisas, porque invita a degustar cada capítulo, cada carta, cada entrada del diario, cada reflexión íntima de sus personajes.
En mi anuncio de este acto en las redes sociales he dejado dicho que María García-Lliberós es una autora a la que merece la pena escuchar, y sobre todo leer. De momento, hasta que tengan Diario de una sombra entre sus manos, vamos a conformarnos con sus palabras.
Muchas gracias.
 
 
Guillermo Galván (1950) ha ejercido como periodista durante más de treinta años, buena parte de ellos en la Agencia EFE. Aparcó la profesión en 2005 para dedicarse a la narrativa. Entre sus novelas destacan: La mirada de Saturno (Premio Tiflos 1999), El aire no deja huellas, Aislinn (Premio Río Manzanares 2002), De las cenizas (Premio Felipe Trigo 2003), Llámame Judas (Premio Alfonso VIII, 2005), Antes de decirte adiós (2010), Sombras de mariposas (2010), Cuida de Chester (2013) y El aliento del lobo (Premio Felipe Trigo, 2015).

miércoles, 2 de marzo de 2016

Las palabras de Esperanza Rodríguez sobre "Diario de una sombra" en BENIDORM



El acto tuvo lugar el lunes 29 de febrero, en la Biblioteca Municipal de Benidorm.

Esperanza Rodríguez y María García-Lliberós, en Benidorm

Punto final de la novela. Misión cumplida. De pronto, una quietud. Quizá un sentimiento de nostalgia tras el largo, concentrado y vívido proceso de creación, de convivencia con los personajes. O el despabilarse del ensueño acogedor de la crisálida. María García-Lliberós nos confió, en la presentación de Diario de una sombra, en la biblioteca municipal de Benidorm, esas emociones tan diferentes y, a la vez, complementarias que deambulan en torno al libro ya publicado. Para los escritores la tarea de promocionar su libro resulta, sin duda, un trabajo extra y muy alejado del silencio de la creación, pero creo que les permite también encuentros con sus lectores que son diríamos una ejercitación del tacto: del contacto con quienes ahora van a compartir las peripecias de sus personajes, su intimidad, deslizándose con placer por las páginas del libro, por la tersura de la limpia y depurada escritura de María García-Lliberós.

Reflexiono así por una razón: la presencia de la escritora hablando de su novela es una fiesta para los posibles lectores asistentes a estos actos promocionales, es un hermoso ejercicio de seducción en que se juega a la elipsis y se disfruta con ello: no desvelar la trama y, sin embargo, acercarla al lector para que se prende de ella y desee entrar en la atmósfera del relato. Una lección de elegancia y de placer en esta invitación a la lectura. Un gozo compartido.

Así que en esta breve noticia tampoco desvelaré el secreto de la novela, pero sí sus virtudes. Abran Diario de una sombra y sumérjanse en su memoria a través de los testimonios de los personajes; hagan balance del devenir de los años 70 al comienzo del siglo XXI; perciban cómo estamos ligados a las condiciones del tiempo que nos ha tocado en suerte; exploren con coraje que la responsabilidad de nuestros actos hemos de asumirla, y que es una de las formas con que se viste la redención y la ética. No nos encontramos únicamente ante una novela que se lee de un tirón (y se lee así, no les quepa duda), sino a una intencionalidad más honda que persiste cuando hemos concluido su lectura. Si pueden –la novela atrapa y fluye de tal modo que se devora–, léanla sin prisa, y deténganse: posen la mirada y contemplarán en ella un espejo por el que desfilan momentos, detalles, anécdotas, paisajes del alma que fueron nuestros, que nos atañen de manera individual y colectiva. Exploren la verdad tan bella en su dureza del lado de la sombra.

Y si tienen la oportunidad de asistir a la presentación de Diario de una sombra durante el periodo de promoción de la novela, les auguro un encuentro gratificante con la autora, profundamente enriquecedor. 
Esperanza Rodríguez