Random House, 2014
420 páginas.
22,90 €, en papel.
12,34 €, en ebook.
12,34 €, en ebook.
El autor define este libro como de
novela sin ficción, lo que supondría haber conseguido al cien por cien su
objetivo inicial que era la reconstrucción de la vida verdadera de Enric Marco,
de principio a fin. Después de leerlo y de conocer la personalidad de Marco que
nos ha transmitido Javier Cercas, no creo que nadie pueda afirmarlo con
seguridad, ni siquiera Cercas, porque Enric Marco, el protagonista, es pura
ficción en sí mismo, un auténtico personaje de novela.
Enric Marco existe, tiene más de
noventa años y vive en Barcelona. Fue el hombre que inventó su biografía.
Elaboró una gran mentira sobre sí mismo, mezclada con algunas verdades, sólo
así se consigue la verosimilitud, y fue capaz de mantenerla durante décadas.
Fue secretario general del sindicato anarquista CNT en Cataluña y en España,
miembro de la Junta directiva de la FAPAC (padres de alumnos de Cataluña,
mientras sus hijas eran colegialas), presidente de la Amical Mauthausen,
asociación de supervivientes de los campos de exterminio nazis y de deportados
españoles, y fue condecorado por la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de
Cataluña. Engañó a todos con su historia de heroicidades como soldado
republicano en la Guerra
Civil, deportado a Alemania, acusado de alta traición por los
nazis, prisionero en la cárcel de Kiel y en el campo de Flossenburg,
superviviente del mismo, luchador antifranquista y paladín reivindicador de la
memoria histórica en España. Urdió su historia de la misma manera que un
novelista urde un argumento y con inteligencia, picardía, palabrería, capacidad
de convicción y de seducción, mucho trabajo y tenacidad consiguió convertirse
en un personaje mediático, en un héroe adorado por los periodistas y el
representante genuino de los supervivientes del nazismo hasta que fue
desenmascarado en 2005, pues nunca fue un deportado ni estuvo preso en un campo
de exterminio nazi.
El libro gira en torno a la
personalidad de Enric Marco, un hombre fascinante, a pesar de su narcisismo
exacerbado, y también de otros asuntos que nos atañen a todos. Porque Cercas
aprovecha este caso para profundizar en la democracia en España, construida
sobre una mentira colectiva o una larga serie de mentiras individuales, pues el
pacto sobre el olvido de las víctimas del franquismo constituyó el precio a
pagar para un cambio político pacífico. Las mentiras de Marco sobre su pasado
las enmarca así en lo que fue la norma en un país en que cada cual maquillaba
el suyo con vistas al futuro. Marco llevó su impostura al máximo porque poseía
talento y ambición para hacerlo.
El impostor
es una lectura apasionante porque lo es la vida y personalidad de su
protagonista. Incluye también la relación entre Cercas y Marco durante el
período de escritura y la confesión del propio Cercas sobre sus dudas como
autor al abordar el tema, su miedo a reconocerse él mismo como impostor, su
papel, que diferencia de la vileza de Truman Capote cuando escribió A sangre fría, y asemeja al de
Cervantes, nada menos, al asimilar a Marco con don Quijote, en su delirio
impostor y, luego, con Alonso Quijano al enfrentarse a la verdad. Esas páginas,
excesivas, desprenden cierto aroma de justificación, como si necesitara aliviar
un sentimiento de culpa por darle la puntilla, con el libro, a un hombre al que
ha llegado a tomar afecto. Innecesario, a mi juicio, porque el lector acaba
admirando a Marco, un liante único, un pícaro genial que a sus 94 años sigue
reivindicando los logros obtenidos gracias a su impostura y su trabajo. Jamás
se escondió y si bien su mentira fue reprobable y escandalosa, también resultó
eficaz y hay que reconocerlo como de los pocos españoles que se partió la cara
por la recuperación de la memoria histórica. El juicio de los lectores, gracias
a Cercas, será benevolente con este gran maldito en que lo convirtió el
escándalo.
María García-Lliberós
Reseña publicada en POSDATA, suplemento cultural de LEVANTE, el viernes 16 de enero de 2015. Podeis verla pinchando aquí