Ed. Talentura, Madrid 2012
P.V.P.: 13,00 €
A Elena Casero
(Valencia) la descubrí con “Discordancias”, libro publicado por Ed. Talentura
este año, una colección de 19 relatos cortos de prosa culta y sencilla, con
ritmo, que se adapta bien a situaciones trágicas, humorísticas o fantásticas, y
me identifiqué con su imaginario literario: el buceo en las relaciones
personales desde una perspectiva psicológica. Antes había publicado tres
novelas. La primera “Tango sin memoria” que se reedita ahora. Así que mi
aproximación a la obra de Casero va en sentido inverso a la cronología de su
producción literaria, lo que permite corroborar la fidelidad a su temática y el
progreso en su hacer creativo.
“Tango sin
memoria” es una re edición. Lo cual, en los tiempos que corren –editores
temerosos, bajada de ventas, inquietud ante el cambio tecnológico- tiene
mérito. Se publicó por primera vez en 1996 en una editorial aragonesa. Han
pasado 16 años y la historia que nos cuenta sigue despertando interés porque
nos adentra por los caminos de la introspección. El análisis de los anhelos
individuales, las decepciones, el mundo interior, los miedos, son temas
eternos, porque cada cual se enfrentará a ellos antes o después y, si puede,
deberá superarlos solo.
“Tango sin
memoria” es una novela corta que les sugiero la lean poco a poco, porque pide
un ritmo lento para saborearla mejor. Cuenta una historia con pocos personajes:
la de Gracia, una mujer que irrumpe de improviso en la vida de un matrimonio
–Julia y Julio- con la intención quedarse.
Se apoya en una
estructura original: Las 39 cartas que Gracia escribe a un tal Lucho, desde
abril a diciembre de 1965, sin que sepamos si las echa al correo –un detalle
sin importancia- porque cumplen la labor terapéutica de ajustar cuentas con el
pasado. Gracia en ellas recuerda, descubre, analiza, reprocha, reconoce, goza,
añora y, el lector, testigo de este monólogo epistolar, se aproxima al misterio
de Gracia y las causas de su impostura (adopta un nombre nuevo, se inventa un
pasado, aparenta religiosidad de mojigata, oculta su parte morbosa), y de la
huida de su patria para recalar en casa de unos parientes lejanos que viven en
una ciudad española durante el franquismo.
Los diálogos, ácidos y medidos, entre
Gracia y Julia, dos mujeres de fuerte personalidad que mantienen un pulso
soterrado entre ellas son clarificadores. Mientras vive Julio, Gracia y su
misterio se convierten en elementos amenazantes para la estabilidad del
matrimonio, no porque Julia esté enamorada de su marido, sino porque debilita
su posición de dominio en la casa, o su sentido de posesión del único hombre.
Dos mujeres diferentes conscientes de haber convertido su vida en un desatino.
Julia pertenece a la generación de españolas a las que la idea del pecado les
ha impedido ser felices. Se casó por pena hacia sí misma y se condenó a vivir
con un desconocido.
Finalmente, una voz en tercera persona,
mínima, que nos conduce al teatro de operaciones y proporciona la descripción
de una época en la que el miedo lo impregnaba todo. Una sociedad cerrada de
barrio de una ciudad (que podría ser Valencia) en la década de los 60, gris,
convencional, a medio camino entre el provincianismo y las ansias de no
parecerlo, ejemplo de la fractura cívica que se generó en la guerra civil y se
arrastró hasta bien llegada la democracia.
La novela muestra la forma de mirar de dos
mujeres que no obtuvieron el amor que esperaban. La catarsis necesaria que
Gracia se impone para superar el pasado a través de la escritura culmina su
proceso de desamor y la libera de ataduras, permitiendo, a su vez, iniciar el
de reconciliación con Julia, sensato y práctico, para encontrar juntas un lugar
en el mundo.
“Tango sin memoria” es un relato íntimo,
de personajes sólidos, realista, que nos adentra en las emociones del alma
humana. Una primera novela de Elena Casero que muestra madurez literaria y con
la que confío disfruten.
María García-Lliberós
Reseña publicada en POSDATA, suplemento cultural de LEVANTE-EMV, el 18.01.2013